Las mandíbulas superiores e inferiores están cubiertas con hoyos sensoriales, vistos como manchas pequeñas y negras en la piel, la versión del cocodrilo de la línea lateral que vemos en peces y muchos anfibios. Pero tienen un origen completamente distinto. Estos nódulos pigmentados están recubiertos de fibras nerviosas que responden al más leve disturbio en la superficie del agua, detectando vibraciones y cambios pequeños en la presión del agua, permitiendo detecten presas, peligros e intrusos incluso en total oscuridad.
Estos órganos sensitivos receptores dérmicos de presión. Mientras que los aligatores y caimanes sólo los tienen en las mandíbulas, los cocodrilos tienen órganos similares en casi todo su cuerpo. La función de dichos receptores en las mandíbulas está clara, pero aún no queda claro qué hacen los del resto del cuerpo. Posiblemente tengan la misma función que los receptores mandibulares, pero parece probable que tengan alguna función adicional, como receptores químicos